Actualmente, el sistema energético mundial está viviendo una transición energética para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, impulsar la eficiencia y abrir camino a las energías renovables. Tal y como afirma el director de investigación senior de Wood Mackenzie, Rory McCarthy, en 2021, existen cinco tendencias importantes a seguir en los mercados europeos en materia de energía.
- Sentar las bases para la ejecución del Pacto Verde de la UE
- Un año récord para las subastas de energías renovables
- El regreso de la demanda de energía
- El equilibrio de la oferta comienza a apretarse
- Los mercados de energía se vuelven más integrados
Sin embargo, todas estas tendencias, que continúan el camino hacia una transición energética requieren que todos nosotros pongamos de nuestra parte para abordar dicho proceso. Es un trabajo de todos y para todos.
Comienzo recalcando el papel fundamental de las propias compañías del sector energético. La industria tiene el doble desafío de, por un lado, apostar por la investigación y la innovación para desarrollar nuevas formas de energía más sostenibles y responsables con el medio ambiente, pero también deben seguir trabajando para atender las necesidades de los consumidores.
En diversas ocasiones, he reflexionado sobre cuál creo que debería ser el mix energético para el mundo en el corto y medio plazo. En este sentido, es una realidad que necesitamos evolucionar hacia un modelo de energías renovables, pero también es cierto que las energías no renovables cómo el petróleo, siguen ocupando hoy en día una gran cantidad de la solicitud de suministro. En este punto, el papel y el compromiso de compañías como Nakasawa Resources, es tratar de cubrir esas necesidades, desde una visión ética y responsable, optimizando los procesos para acercarlos a una forma de operar más “verde”.
Además, es necesario que desde las instituciones se asuma un compromiso total para fomentar medidas y políticas que promuevan esta transición, y permitan a los participantes del mercado centrarse en dar los pasos iniciales pero sustanciales para avanzar hacia los objetivos netos cero. Un ejemplo de ello es el Consejo Europeo, que ha respaldado un objetivo de reducción de emisiones del 55% vinculante regionalmente para 2030. Un paso importante, que enfatiza las prioridades del Pacto Verde al comprometer el camino inmediato hacia las emisiones netas cero para 2050.
Por su parte, también es importante recalcar el compromiso necesario del tejido empresarial en adquirir o apuntarse objetivos para alcanzar energía 100% renovable dentro de sus cadenas de producción. Las empresas juegan un papel catalizador en el despliegue de energías renovables al adoptarlas dentro de sus modelos como prioridad estratégica, mostrando así liderazgo y compromiso.
Por ejemplo, en España tenemos el caso de Siemens-Gamesa que ha asumido el compromiso de aumentar la cuota de las energías renovables en la combinación energética hasta el 32% para el 2030, con margen para una revisión al alza en el 2023.
Y por último, para que la transición energética pueda ser una realidad, es necesario que todo esto culmine en un cambio en el comportamiento de los consumidores. Su compromiso va a ser fundamental para abordar la transición energética con éxito.
Como acabamos de ver, todos tenemos un papel fundamental en todo este proceso. Las industrias deben investigar y desarrollar nuevas alternativas de energía, que las instituciones fomenten y favorezcan su implementación a través de políticas que se pongan en marcha tanto por parte de las empresas como de los ciudadanos y que así, todos nos comportemos de forma más responsable con el medio ambiente.