Cada 6 de abril, tiene lugar el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz a nivel mundial. Históricamente, el deporte ha desempeñado un rol fundamental en las sociedades; ya sea como competencias deportivas, actividades físicas o simplemente en forma de juegos. Más allá de esto, es un componente clave para el desarrollo de entornos donde la solidaridad, tolerancia, cooperación, salud e inclusión prevalezcan.
Incluso, el deporte es una herramienta y derecho fundamental con el poder de cambiar el mundo. Y en el proceso, reforzar las conexiones sociales y fomentar el desarrollo sostenible y bienestar social integral. Hoy en día, reconocemos que el deporte ayuda más y más para alcanzar estos objetivos.
De hecho, en la Declaración de la Agenda 2030 para un Desarrollo Sostenible, se establece que “El deporte es también un facilitador importante del desarrollo sostenible. Reconocemos la creciente contribución del deporte al desarrollo y a la paz en cuanto a su promoción de la tolerancia y el respeto y los que aporta al empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, tanto a nivel individual como comunitario, así como a la salud, la educación y la inclusión social.”
Con todo esto dicho, a nivel personal, este día es cercano y de suma importancia. Por muchos años, he contribuido al desarrollo del deporte mediante el apoyo y patrocinio del Club Deportivo el Hatillo, en Caracas, Venezuela. Siempre he considerado que el deporte impulsa la inclusión de diversas culturas y favorece el crecimiento de niños y jóvenes, por ello lo considero esencial para el diseño de una sociedad justa y tolerante.
Ahora, dados los tiempos de distanciamiento físico que vivimos debido a la pandemia de COVID-19, observo aún más vital su papel en la sociedad. No solo ayuda a que las personas de todas las edades se mantengan físicamente activos, pero también contribuye al bienestar emocional de ellos, aun desde el confinamiento en los hogares. Por ejemplo, La Organización Mundial de la Salud, aconseja “al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad alta por semana, o una combinación de ambas.”
Es momento de concientizarnos como sociedad sobre los beneficios que aporta y fomentar su desarrollo. Cuando evaluamos todos los factores positivos que aporta y cuando estos son maximizados, su impacto es mayor. Su capacidad de fomentar valores ciudadanos integrales, además de mejorar la calidad de vida de las personas. Con motivo de este día, hago un llamado a potencializar mecanismos que integren al deporte como instrumento para construir paz e impulsar el desarrollo sostenible de nuestras sociedades.