No es ningún secreto que el mundo se prepara para una transición energética. Mediante las grandes economías mundiales y los gobiernos buscan sumarse a los esfuerzos globales a favor del medio ambiente, esta transición se acerca cada vez más. Gradualmente, las grandes empresas han ido adoptando estrategias y procesos para disminuir sus emisiones y el impacto ambiental de sus actividades. Así con esto, buscando alternativas sostenibles que les permitan ser más eficientes y conscientes con el medio ambiente.
Sin embargo preguntó, ¿Está listo el consumidor para la transición energética? Con los gobiernos y las compañías a bordo, la transición energética parece inevitable.
The Business Booster by InnoEnergy, publicó un artículo Humanizar la transición energética: Bienvenidos a la era del prosumidor, muy interesante que pone en valor la importancia de que la industria energética responda a las necesidades de los consumidores a medida que la transición energética se vuelve una realidad.
El artículo argumenta que cuando hablamos de la transición energética es claro que estamos preparados desde una perspectiva tecnológica. Sin embargo, es importante reconocer que el consumidor de antes se ha convertido hoy en “prosumidor”, es decir, las personas ya no solamente juegan el rol de consumidores, sino que también de productores, en especial cuando se hace referencia al sector energético.
Ahora, ¿A qué se debe este nuevo rol de prosumidor? Simplemente a la transformación en la forma en que consumimos energía. Hoy, el prosumidor tiene un rol protagónico dado su poder de producir, vender y comprar su propia energía. Además, el prosumidor puede participar de manera activa en la gestión de sus recursos energéticos distribuidos como: los vehículos eléctricos, la energía solar fotovoltaica, las bombas de calor y los dispositivos de almacenamiento de energía.
A medida que el rol del prosumidor tome más fuerza, vendrán nuevas oportunidades. Es probable que surjan empresas que busquen ayudar a los prosumidores a gestionar sus propios recursos energéticos, motivándolos a considerar cuidadosamente la cantidad de energía y el tipo de energía que usan.
Actualmente, las energías renovables pueden producirse en los hogares y son cada vez más económicas que los combustibles fósiles, por lo cual es muy probable que los prosumidores se interesen más en ellas. Por otro lado, es altamente probable que se desarrollen nuevas tecnologías destinadas a facilitar la compra y venta de energía, y contabilizar el uso de energía por parte de los prosumidores.
Aun así, con estas nuevas oportunidades relacionadas a la transición energética, también vendrán nuevos desafíos. Por ejemplo, con la creciente demanda, la preocupación principal, es una posible escasez de energía. Por ello, la información tendrá un papel fundamental en nuestra capacidad de optimizar el acceso a fuentes de energía para los prosumidores y aprovechar al máximo el mercado.
Finalmente, The Business Booster pone en valor que el prosumidor ya está involucrándose en la transición a energías más verdes. Hoy existen muchas startups que buscan justamente incrementar la participación del prosumidor. Por ejemplo, DCBrain, es una startup que desarrolla un software en el cual el prosumidor puede visualizar con facilidad y en tiempo real lo que ocurre en sus redes de energía y logística. Otro ejemplo es Energy Floors, una empresa que desarrolla, vende y alquila sistemas de suelo que convierten la energía cinética de los peatones y la energía solar en electricidad.
Con esto dicho, la transición energética es inevitable y los prosumidores tienen el poder de convertirla en una realidad más cercana de lo que aparenta ser. Con las herramientas correctas, el prosumidor asumirá su rol en la transición energética. Solo es cuestión de acercarles la tecnología que les permita formar parte de esta gran revolución.