En las industrias altamente especializadas y científicas enfrentamos desafíos y preocupaciones en cuanto a la formación y la gestión de los profesionales del sector. En mi opinión, el desafío de las carreras STEM, no debe estar enfocado en tendencias, ni en el desempeño actual de las industrias, ni siquiera en procesos. Debemos enseñar a nuestro talento a pensar por sí mismos, a cruzar variables de mercado y conocimientos técnicos, para que sean capaces de diseñar el futuro que imaginen.
Mientras la tecnología crece y se hace más inteligente, nos da la impresión de que la labor humana se vuelve menos indispensable, sin embargo, el valor de nuestras reflexiones, es infinito para poder definir qué queremos para nuestro futuro. Como generación, debemos evitar caer en criterios de la máxima productividad y la abundancia, muchas veces por encima del valor y la calidad.
En este video sobre cómo debemos pensar sobre nuestro capital humano, el exitoso CEO Eric Berridge nos cuenta cómo en su empresa tecnológica solo un porcentaje muy bajo de empleados son estrictamente ingenieros. Nos habla de cómo la compañía está compuesta de todo tipo de profesionales de diferentes áreas y que en las perspectivas de crecimiento del equipo, se debe tomar en cuenta la diversidad de todo tipo: no solo de género y raza, pero que debemos intentar crear equipos con diferentes trayectorias y experiencia.
Explica, muy acertadamente, que las ciencias son muy exactas y precisas, mientras que en las humanidades encontramos diferentes perspectivas, pensamiento crítico y contexto humano. “Las ciencias nos dicen como hacer las cosas, las humanidades nos dan el qué y el por qué”.
Una empresa no está solo compuesta de las personas que generan el producto, tambien tienen que estar los que comunican, los que venden, los que cuidan la integridad de la misma, los que piensan más allá de las limitaciones científicas y tecnológicas, los que sueñan en grande, los que creen en un mundo mejor. La mejor manera de ascender hacia la innovación y el progreso es teniendo un equipo que se complemente en ideas. Si todos nuestros profesionales son y piensan igual, ¿cómo podemos pretender crecer?