No es secreto que combatir y frenar el cambio climático es esencial para la preservación del medio ambiente y el futuro de la humanidad. Sin embargo, los modelos energéticos existentes se basan en los combustibles fósiles -carbón, petróleo, gas y aceite-, y su utilización de los combustibles fósiles como fuente de energía primaria presenta importantes desventajas. Dichas desventajas se refieren a los siguientes hechos:

  • Según el ritmo de consumo actual, los combustibles fósiles escasean, y se estima que se agotarán por completo en 2060.
  • La demanda mundial de energía no podrá satisfacerse si el suministro de combustibles fósiles se agota sin un plan de respaldo. No se sabe con exactitud cuánto combustible fósil queda con las diferentes tasas de uso global. Sin embargo, podemos estimar la cantidad de reservas probadas que se han agotado.
  • La combustión de combustibles fósiles por parte de la humanidad al consumir en exceso los recursos ha creado un complejo conjunto de problemas ambientales, sociales y económicos y consecuencias climáticas desastrosas para el planeta.

Dicho esto, ¿cuáles son las alternativas a los combustibles fósiles? La respuesta incluye tecnologías más verdes como las energías renovables, combinadas con un mejor almacenamiento de energía y una mayor eficiencia que pueden ayudar a promover un sistema energético más limpio con cero emisiones de carbono. Por otra parte, aunque las tecnologías de energía renovable se posicionan con frecuencia como las únicas soluciones para cumplir los objetivos del sistema energético futuro; en realidad, las energías renovables por sí solas son insuficientes. Es por ello que es necesario cambiar la forma de producir, distribuir, almacenar y consumir la energía.

La energía renovable no puede utilizarse únicamente en los sistemas energéticos para sustituir el uso de los combustibles fósiles, principalmente debido a la variación en la capacidad de los distintos sectores energéticos para pasar de los combustibles fósiles a la energía renovable. Los métodos energéticos alternativos para sustituir la producción de energía basada en los combustibles fósiles aún no están disponibles a nivel global o a la escala necesaria.

Construyendo Modelos Energéticos Sostenibles

Ahora, está en manos de la sociedad desarrollar e implementar nuevas tecnologías que permitan modelos energéticos sostenibles. Los modelos energéticos sostenibles son sistemas en los que la energía se produce, distribuye, almacena y consume con fuentes de energía renovables. Esto significa que la energía puede producirse y utilizarse de nuevo. Las fuentes de energía renovables y sostenibles no corren el riesgo de agotarse, caducar o desaparecer.

Por lo tanto, a la hora de evaluar los modelos energéticos, es esencial tener en cuenta en primer lugar los aspectos medioambientales, de sostenibilidad y de conservación. Asimismo, es imperativo evaluar la capacidad de los diferentes modelos energéticos para medir los impactos y las posibilidades de las energías renovables y sostenibles en comparación con los combustibles fósiles. Pero, ¿qué implica esto? Pues se trata de encontrar el equilibrio adecuado entre las fuentes de energía más limpias y los combustibles fósiles. En otras palabras, un modelo híbrido.

Por ejemplo, hoy en día, la economía de Islandia, que abarca desde el suministro de calefacción y electricidad para las viviendas unifamiliares hasta la satisfacción de las necesidades de las industrias de alto consumo energético, se alimenta principalmente de energía verde procedente de fuentes hidroeléctricas y geotérmicas. La única excepción es la dependencia de los combustibles fósiles para el transporte. Este ejemplo muestra la vitalidad de comparar y contrastar diferentes modelos energéticos para ver los distintos resultados que producen y lo que funciona mejor en función de sus necesidades. Como cada país es único, cada transición será diferente. La conversión de Islandia es, por tanto, una historia de éxito significativa más que un enfoque de “un modelo para todos”. Al igual que la generación geotérmica e hidroeléctrica tuvo sentido para la transición energética en Islandia, las condiciones locales en otros lugares determinarán qué recursos renovables son los más eficientes y cómo se explotarán mejor.

Pero la pregunta sigue siendo: ¿podremos conseguir un modelo energético sostenible? En honestidad, los combustibles fósiles serán parte del sistema energético mundial durante las próximas décadas, tanto si nos gusta como si no. Seguirán apoyando el desarrollo social y económico en todo el mundo. Desde esa perspectiva, es esencial mantener un debate abierto y transparente sobre el papel de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos sostenibles en todo el mundo para la creación de estrategias prácticas relativas al clima.