Como bien sabemos, la transición energética mundial está en marcha. Con la anticipación de que crezca la demanda energética mundial en un 30% aproximadamente en el periodo 2015-2035 y con una media de crecimiento de 1.3% CAGR; ¿cómo se garantizará el suministro de energía de manera sostenible?.

Aunque es cierto que en la industria del petróleo y gas se han realizado grandes avances tecnológicos y la preocupación por el medio ambiente está fomentando un cambio en la demanda de energía primaria, todavía el 80% de la demanda energética está constituida por combustibles fósiles. Con esto dicho, ¿qué papel tienen las organizaciones líderes del sector? ¿Cuál es su posición?.

En el 2018, el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohammad Sanusi Barkindo recordó, “Todos los países de la OPEP firmaron el Acuerdo de París.” Con esto señaló que el problema del sector energético son “las emisiones de las fuentes energéticas, como el gas o el petróleo, por lo que la solución está en las tecnologías, no en la eliminación de estas fuentes”.

Según la OPEP, de ahora a 2040, la economía mundial crecerá un 200% y la población, ahora en más de 1.200 millones de personas, superará los 9.000 millones, por lo que el mundo necesitará mucha más energía. Con esto, es importante enfatizar que el acceso a la energía es una necesidad, no un lujo.

Por esto, para garantizar el suministro energético será esencial aumentar todas las fuentes de energía con la excepción del carbón. El cual por decisión unánime entre los países, este comenzará a declinar en 2030. De igual manera, las energías renovables, en particular la solar y eólica, tendrán las mayores tasas de crecimiento (7,4% anual entre 2015 y 2040).

Aunque se anticipa que las fuentes renovables formarán el 25% del mix energético, el petróleo y el gas seguirán siendo dominantes, componiendo el 53% del total (28% el petróleo y 25% el gas). Con esto dicho, es evidente que las estadísticas apuntan a que dentro de 50 años el mundo aún continuará dependiendo de la utilización de los combustibles fósiles.

Es por esto que el rol de OPEP como órgano rector será determinante en la conciliación entre países petroleros y el trazado de medidas estratégicas que contribuyan al equilibrio de la oferta y la demanda, así como la explotación racional de los recursos en cada nación. La misión de la OPEP debe empezar a dar un giro hacia la verdadera transición en el uso de las energías renovables, intentando encontrar un balance energético adecuado que permita disminuir el consumo exagerado de petróleo y gas por parte de las grandes potencias.